02 diciembre 2014

20.000 palabras más adentro


El mismo día que uno termina de leer 20.000 leguas de viaje submarino, Muñoz Molina publica en El País un texto que honra la memoria de aquella “novela perfecta porque resume las dos metáforas centrales no solo de su literatura, sino de cualquier literatura: la inmersión, el viaje”. Construida sobre lo que, de pequeño, le enseñó a aislarse del ajetreo permanente sumido en la lectura, submarinamente a salvo del mundanal ruido y sus prioridades, Muñoz Molina, quizá para no convertir la columna en un ensayo, desdeñó el hecho de que justo esa cualidad –la de refugiarse- está en el núcleo mismo del carácter solitario de Nemo, a salvo del mundo en su propio periplo solitario. Cómo, por cada lector privilegiado que halla refugio en una novela, hay acaso un hombre que se esconde en otros lugares, en otras causas. Cómo un escritor –Aronnax sirve- es el que sale a buscar a ambos. 

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