17 abril 2011
Prensa vendida a menos
Ahora que el nuevo periodismo se parece menos a vestir de blanco Tom Wolfe que a conseguir que miles de personas escriban gratis en Internet lo que arduamente lograrían cobrar si se imprimiera y distribuyera en kioscos, la venta de The Huffington Post a AOL que acaba de hacer millonaria a su editora, y súbitamente pobres a quienes hasta ahora solo lo eran voluntariamente, acerca a ese nuevo tipo de prensa –la que compensa hacer aunque no paguen- al mundo preciso que, antes de ser vendida, contribuía a contrarrestar. La pública exposición de tus ideas, el muro que tus palabras ayudan a derruir, sentirse parte de un proyecto que aspira a ganar gratis lo que otros persiguen invirtiendo millones… hay múltiples monedas que pagan cuando el dinero no, y es inmoral defender que quien acepta cobrar en cualquiera de ellas no gane también el derecho simultáneo de ser pagado en dinero cuando el dinero, al comprar su audiencia, esté comprando el trabajo de quienes la nutren. Felizmente, los ideales no comen, no pagan la luz, no necesitan vestirse. Prueba de ello es que al pagar 230 millones de euros, AOL no viene de recompensar el altruismo de las 6.000 personas que escriben gratis para The Huffington Post, sino la más rentable aspiración humana de no pagar un céntimo para poder leerlo.
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