16 septiembre 2015

La caída, pero menos, de la casa Gredos


Veinticinco años antes de que los kioscos de prensa y las colecciones de literatura grecoromana lucieran ruinas parecidas, la editorial Gredos llevó a las proximidades de periódicos y revistas una magnífica colección que empezaba en Homero y renovaba cada semana sus ejércitos, tan improbablemente reeditada el año pasado con tamaño y diseño de cubiertas distintos, aglutinando en menos volúmenes lo que hace tres décadas se presentaba separado. Los cinco kioscos que un día hubo cerca de donde uno vive son hoy un Partenón tan desolado como los índices de lectura o su mínimo análisis. Y sin embargo Gredos entrega esta semana en los kioscos supervivientes dos volúmenes de su nueva colección de Gran literatura –los cuentos de Poe y uno que contiene dos de las novelas de Dostoievski. Como en la colección de literatura grecoromana, incluyen prólogos extensos que pasma hallar entre el surtido de necedades que es hoy, mayoritariamente, un kiosco. Tomado del suelo en ese batiburrillo que es la periferia de un kiosco, formado por pilas de películas en dvd, muñecas embaladas, maquetas de aviones de guerra o plumas estilográficas barrocas, el gesto con el que Poe mira a quien se lo lleva no puede ser más nítido. 

No hay comentarios: