18 agosto 2009

Hecha la ley . 1

Extracta El País 16.8 la periferia de sinsentido que rodea el aborto que es en sí la ley que pugna por regularlo, donde sólo un 2.5% de dichas operaciones se realizan en hospitales públicos debido a la objeción de los médicos –escrúpulo que uno entiende por no tener que ver con la religión sino con algo más valioso como sea el rechazo a matar tu mismo lo que decide matar otro. Queda cercano el más aberrante recuerdo de la negativa del presidente del consejo general del poder judicial de apoyar -creencias religiosas mediante- la adaptación de los plazos en la normativa sobre el aborto, tal y como impera en la mayoría de países europeos. Y ahora es la generalitat catalana y el colegio de farmacéuticos los que bajan del monte de las leyes decentes esgrimiendo la tabla de la objeción a la píldora postcoital. Para querer algo, lo hemos de querer ambos –dicen tantos de leyes aprobadas que parecieran haber sido, a sus ojos, escritas en un bar. Por eso se comportan como si estuvieran en él: pagando otra ronda. De lo que no has pedido, pero y qué.

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