Ningún gobierno creó por si sólo este modelo productivo que tenemos de la misma forma que nadie inventa el amor, el desdén, la compasión o las acelgas. Ningún gobierno va a cambiar eso en 1, 2 o 10 legislaturas por la misma razón: lo que te encuentras hecho e implantado por décadas de uso automático requiere, para su modificación, de otra generación que quiera –qué comunidad de vecinos ha logrado nunca la unanimidad- y sepa –se ponga de acuerdo consigo misma y con quien le deja en herencia todo- proponer otro mejor. Y al contrario que el método para elegir gobierno, la coalición de quienes buscan cambiarlo todo no se logra aliándose con quienes cambiarían algo o con el apoyo puntual de quienes cambiarían algo el lunes para reimplantarlo el jueves.
Sencillamente el problema de gestionar la transformación de una economía repleta de bares, fútbol, televisiones tomadas por las moscas, políticos cucaracha, aulas como carreras de ignorantes y apartamentización del concejal primero, del paisaje después, es el de tratar de dar un uso mejor, más sabio, eficiente, productivo, a sus usuarios, es decir a los que llenan bares y estadios, a quienes sacan sus hijos al colegio como quien la basura de noche, a quienes llenan índices de audiencia, votan a quienes serían quemados incluso en Mahagonny y compran vistas a un mañana que no pueden pagar.
Ese cascabel no sirve para la economía porque no es de su talla, y porque las transformaciones sociales no llegan a la cabeza si antes han de pasar por los testículos. Y más fiable es esperar el progreso por la presión social, o cuando mostrarse como idiota en público es más visible –y señalable- en su excepcionalidad que comportarse como si la productividad de tus actos no dependiera de lo que te pagan por hacer 8 horas al día. Es un problema de escala, y mejorar el atroz diagnóstico que el FMI alerta sobre las bases de nuestra economía, el que los informes PISA entristecen sobre las perspectivas de nuestra educación, o lo que televisiones, periódicos y audiencias del fútbol dicen de la inteligencia dejada actuar libre, pasa por entender que la suma mayoritaria de individuos se comporta como un país que vive perfectamente cómodo con lo que tiene.
1 comentario:
...menos mal que ya nos falta poco para que llegue el PP y ponga las cosas en su sitio... en el sitio del PP...
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