23 febrero 2007

kama-sutura

Una forma plausible de imaginarse la frontera que une las versiones de la realidad, las posiciones que separan a gobierno y oposición es la de una cicatriz en la que hurgan los segundos a medida que dejan de ser primeros, y viceversa. Manipular la antigua herida tiene la ventaja de que, convenientemente torturada, se abre y sangra con facilidad. Observado de cerca, el bisturí con que se llama a la gangrena es el mismo que, un minuto después y como desde la estatua de un salvador de patrias, se enarbola en alto a modo de instrumento de salvación. Un sondeo advierte que sólo un punto de sutura separa la intención de voto que un partido saca a otro. Asi que justo ahí, en el filo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

uy, pues ya verás ahora...