30 mayo 2007

un repaso a la Historia

recibido por correo:

Todos sabemos quien era GOEBBELS, el mago de la propaganda nazi, el artífice del liderazgo de Hitler.
No todos saben que Hitler llegó al poder por las urnas, orquestando una campaña de desestabilización del gobierno democrático alemán de entonces, soliviantando a las masas, recurriendo para ello a los elementos emocionales más irracionales del sentimiento nacionalista, la entronización del miedo, la conversión en verdades y en prioritarios unos falsos conflictos sociales, calificando de traidores a la patria alemana a sus gobernantes, etc.
En el presente, la estrategia del PP es asombrosamente similar a la que fue elaborada por Goebbels en los años 30. ¿Que no puede ser?
Consultemos el manual de Goebbels (y veamos a qué nos recuerda):

(http://es.wikipedia.org/wiki/Joseph_Goebbels )

1. Principio de simplificación del enemigo único.
Adoptar una única idea, un único símbolo.
Individualizar al adversario en un único enemigo.
(en el caso actual: ZP)
2. Principio del método de contagio.
Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
(ETA + ZP + ERC + Catalanes)
3. Principio de la transposición.
Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan".
(cesiones continuadas a ETA durante 8 años, el juicio del 11M)
4. Principio de la exageración y desfiguración.
Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
(sin palabras: de Juana Chaos..., el humo en el barco de fertilizantes en Galicia)
5. Principio de la vulgarización.
"Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida.
Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar".
(las palabras como traición, familia, libertad, España se rompe....)
6. Principio de orquestación.
"La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas".
De aquí viene también la famosa frase:"Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad".
(Acebes +Zaplana + Jiménez los Santos + El Mundo)
7. Principio de renovación.
Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público está ya interesado en otra cosa.
Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
(el cambio de las "conspiraciones" respecto el del 11M durante tres años, entre otras, sin contar con la "destrucción de la familia", etc. etc.)
8. Principio de la verosimilitud.
Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
(utilizando los medios de comunicación afines y a todos sus militantes con cargo emitiendo desinformación)
9. Principio de la silenciación.
Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
(España está en el mejor de sus momentos económicos, la legislación social es una de las más avanzadas de Europa, y MUY IMPORTANTE: convocar a una rebelión con la excusa de Juana en vísperas del 11M)
10. Principio de la transfusión.
Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
(España se rompe…, la familia tradicional se rompe....)
11. Principio de la unanimidad.
Llegar a convencer a mucha gente que piensa "como todo el mundo",
creando una falsa impresión de unanimidad.
(decir siempre que lo que ellos dicen es lo que piensan los españoles)

*Fuente documental: "Nazis: lo oculto de la conspiración", DVD en Discovery Channel.

Coméntalo. Pásalo.

caminante, no hay vestuario

Se intuye –probablemente se tiene la certeza- que quienes abren su pecho hoy para mostrar la herida mortal que amenaza desangrar españa si pronto no lo impiden, dejarían en la puerta sus llamadas al Apocalipsis un minuto después de sentir en la mano la llave que la abre. ¿O hay alguien que crea que, llegados al gobierno, éste sería declarado uno de salvación nacional, como hoy pregonan? No, no es, ni por asomo, lo que puede temerse desde las posiciones de enfrente al encarar tal posibilidad, que es la de que realmente sus principales sean lo que aparentan, pues ni siquiera el más dotado de entre sus visibles para simular profundas fallas en su inteligencia fue, durante sus años de gobierno, la figura que hoy asoma a los medios –a no ser aquello espejismo que hoy lo esporádico revele a la luz buena. Asumida, garantizada la más o menos estabilidad –siempre es más o menos- gane el que gane, nada inquieta como las formas con que se acaba mereciendo aquello, lo que del fin dicen los medios empleados. Justo antes de esa meta, apenas previa unos centímetros, esa otra normalidad que ha de suceder, antes o después, espera en unos vestuarios, allí sitos. Y en ambos casos el traje que uno deja vale al otro. Se sabe y si nadie lo dice es porque el cascabel que se le habría de poner al gato -en caso de decir que para qué tanto escándalo si nada cambia a la postre de unos a otros- es el de la serpiente que el otro bando esgrimiría acto seguido. Su cola es, por otro lado, por los dos lados, una que permite el mordisco justo, de puro exiguo el margen que la economía global -anudadas alianzas políticas y comerciales con servidumbres locales- permite apenas maniobrar el timón unos milímetros respecto al rumbo previo, y más en países inmersos en una senda continuada de prosperidad, y donde el bipartidismo carece, en un lugar de ovejas, por demás, de lobo al que temer. Uno puede jurar que el paisaje que ve a través de sus ojos es distinto del que ve el que lo observa un metro más allá, y esa convicción es todo lo que se requiere para jurar existe a la salida de ese vestuario un mundo distinto al que se hallaba ahí al entrar. Uno sólo ha espiado una vez el interior de un vestuario, fue hace muchos años, y a través de ciertas raspaduras en el cristal que nos separaba del vestuario femenino, uno veía fugazmente desnudas a quienes eran unas al entrar, vestidas de una forma, y otras al salir. En medio eran lo que debían ser, lo que uno sabía entonces, y sólo entonces, que eran. Quizá porque sólo entonces, en la bruma del vapor que desnuda incluso la desnudez, eran iguales, exactamente iguales.

27 mayo 2007

hoy

Hoy, en la portada de abc: “1. Rajoy pide al gobierno que dé la cara en las zonas anegadas. Zapatero sigue sin aparecer y la ministra Espinosa sigue sin aparecer. 2. El psoe se desmarca del candidato de Zapatero para Madrid. 3. Chaves insinúa que Moncloa puede adelantar al otoño las elecciones generales”. Traducción: lo que viene a decir el punto 1 es que el líder de la oposición denuncia que las inundaciones son culpa del gobierno, que, al igual que la responsabilidad de la oposición es aparecer en botas e impermeable dentro de una casa afectada, la de un gestor público es quizá buscar el traje adecuado para hacer lo propio dentro de cada nube. El punto 2 cuenta que si bien el programa del candidato del psoe -Miguel Sebastián- puede valer las mil palabras acostumbradas, la imagen que enseñó a cámara en un debate reciente no está contemplada en el citado programa. El punto 3 es el más sencillo de entender: entre tormentas externas y nubarrones internos, el gobierno apenas aguanta ya.
Obvio que, señalado en negrita lo más importante del discurso íntegro y respectivo de Rajoy, José Blanco y Chaves respectivamente, ninguno de los conceptos señalados aparecería como el más relevante, el más cargado de contenido –esto es: de darse contenido alguno en que no brille la venta a toda costa de la oferta del día marcada por el responsable de la tienda. Quizá en esa duda, es porque la línea editorial de un periódico, en un alarde de generosidad, elige por cada uno de ellos lo que más conviene escuchen los clientes. Y así, poco a poco, los clientes –por pura casualidad, eso sí- acaban diciendo de carrerilla, y sin pensar, lo que las portadas animan. Puede parecer que los comerciales de las marcas-partidos hacen lo mismo. Y si en este país no leyera ni dios casi se diría posible. Por qué no se presentarán los periódicos si es lo que se vota.

24 mayo 2007

salvese el que pudo

Hace dos días publicó El País un artículo de Savater acerca de las concesiones del gobierno a eta y sus facciones políticas. Literalmente: "En una de las viñetas del genial Fontanarrosa, el gaucho don Inodoro Pereyra se enfrenta a los indios que llegan en destructivo malón. "¿qué pretendéis?", les pregunta y el jefe responde: "vamos a arrasar vuestros campos, quemar vuestra casas y violar a vuestras mujeres". "Pero... ¡eso es una barbaridad!", comenta don Inodoro y el otro responde: ¡Ah, no lo sé, yo soy indio, no sociólogo."
Vasco Savater que habita en Madrid, a salvo de jaurías, o quizá sólo más lejos, se queja del riesgo de las cabelleras de tantos en manos de ese constructo socio-pato-putrelógico que tenemos por nacionalismo aquí. Y coincide en los medios con ese estilo tan El Cid, con que anda Aznar alertando del trayecto que lleva a la guerra civil si el gobierno cede más, si sigue dejándose tomar el mismo pelo que Savater teme le sea arrancado el día menos pensado. Y si éste habla del uso individual de la libertad –uno para el que el uso político del término no tiene, y quizá ni quiere, responsabilidad ni contabilidad clara- el expresidente vende -subasta, como corresponde a su gremio- la amenaza de partición de españa, que es, como todos saben, la misma con que jugó su gobierno, cualquier gobierno, cuando cedió, a cambio de apoyo parlamentario, prerrogativas a los nacionalismos patrios.
Es claro que la guerra civil real, en activo, es la que padece, entre otros, Savater, compuesta de miles de exilios personales, de otros tantos guardaespaldas, de tantos idiotas en pie de guerras perdidas. Volviendo al gran Fontanarrosa, aquí tenemos, si bien en una acepción meramente literal, varios don Inodoros. Por falaz, retrógrado y soberbio, aznar es uno de ellos. No menos que quienes, en lo vasco, terminan con hacha sus frases. Y es una tragedia, una muerte más –se mata las ideas y nadie las cuenta como víctimas- que, pudiendo definir la guerra con que amenaza como una hecha de nombres y apellidos, huidos de este y todos los gobiernos en la democracia, el visionario escoja de Savater sólo la s, y con ella la reducción de esa sangría a una sigla: psoe -ni siquiera gobierno, como en las portadas de abc. Poco realista esperar algo mejor, sonaría al menos algo más justo –más claro en la visión de sus razones- si de ese magín en que se distorsionan herencias e inventan culpables organizados, saliera a.z.n.a.r como él pronuncia p.s.o.e.
Se acuerda uno de la contaminación –prieta, a prueba de cuchillos- de Buenos Aires hasta que afronta cada día lo que emanan los periódicos aquí.

22 mayo 2007

La garrota de Ipanema

Contaba el padre de uno cómo, delante del cura del día, en su despacho, cuando la comunión, y a la pregunta de cuántos dioses hay, uno dio en contestar dos. Que es la respuesta más cuerda –y aún escasa- uno lo sabe hoy, aunque entonces la herejía fuera producto de la sospecha inocente de que si eso preguntaba habría de ser por algo. Si uno pudiera haber elegido la pregunta, hubiera pronunciado esta: ¿Cómo puede un hombre que no sabe lo que es amar a una mujer saber cuántos dioses hay? Uno no podía sospechar entonces que lo que uno sabe, o llegará a saber, no necesariamente nos llega por sedimentación, por saberes que se acumulan unos sobre otros, los más hondos a hombros de los más fugaces, paradójicos, cambiantes. Si yo fuera dios supongo que esperaría a manifestarme en alguien que supiera de la vida cosas previas, instrucciones necesarias para el manejo sensato de las que afectan al resto. Como si adoctrinar fuera sólo la ignorancia del índice de aquello cuyas piezas no hay, a partir de eso, forma alguna de ensamblar como dios manda. Esta mañana caminaba uno a escasos metros de aquel despacho en que dios pasara de trino a binario, cuando uno escuchó la palabra “garrota” a sus espaldas, me giré y ahí estaba aquel párroco. Caminaba apoyado, como yo, en esa idea estricta, tallada en madera mala, de lo que no sabemos y por lo que siempre hay alguien dispuesto a preguntarnos.

20 mayo 2007

xuper light

En un escaparate, un soporte publicitario muestra a cierta cantante oronda, triunfo primero de la nada televisiva, anunciando una línea de baldosas nombradas XL. La citada aparece emboscando sus formas, medio de perfil, medio no oronda. Qué quiere de ella la marca que la paga, qué no fue hablado en la reunión primera.

19 mayo 2007

constancia

La constancia.

La tiene el corazón y sin ella no somos.
En qué momento quisimos que latiera
con igual fidelidad y sensatez
trasplantado del pecho a la metáfora.

Nos acordamos

Abrió Ana Vallés la temporada pasada de La Abadía y la cierra estos días con un remedo de aquella Historia Natural, hoy Me acordaré de todos vosotros, que, como aquella, es una coctelera de memorias y géneros que van y vienen, recorriendo al hacerlo formas teatrales y otras que no lo son, nutridos por textos de Gil de Biedma, Shakespeare, o Handke entre otros. Hay danza, teatro musical, monólogos metateatrales, evocaciones cinematográficas, metáfora del teatro de títeres, e incluso un maravillado, mágico desplazamiento del punto de vista del espectador logrado con el mero movimiento de una mesa y las luces adecuadas, que asombra una propuesta abierta, luminosa de varias luces, vengan de dónde vengan, como las vidrieras del teatro –abiertas por primera vez, que uno sepa- o el discurso personal del gran Rafael Rojas, recién vuelto de Ibsen, retrocediendo entre el público para recordar a su abuela, cuando los hijos de aquella se llegaron al hospicio que fue el teatro hace décadas, y ahí está él, subido al escenario setenta años después. Barnizado de alegría, de humor, de una vitalidad tan propia y tan de ninguna situación o personaje, que uno se halla sonriendo incluso cuando no es lo que tocaría en ese instante, traza Vallés una suerte de fiestas teatrales que recompensan el esfuerzo en el escenario, por segunda obra consecutiva, con una comilona de la que participan los actores, como, si con suerte, anunciara la digestión previa a una nueva celebración, en unos meses.

18 mayo 2007

hombre, por dios

Apenas unas páginas separan, en El País 13.5, dos de los pasillos posibles que llevan de dios al hombre y viceversa: se lee de la adaptación de La Illiada por parte de Alessandro Baricco, quien, para poder leerla, en tres noches, durante catorce horas hubo de acelerarla: “una historia bellísima que tiene también su paso lento, que nos impide reconocer cosas que en Grecia eran importantísimas, pero que para nosotros no lo son y entorpecen el paso”. Conecta Baricco en la entrevista con la pervivencia de los dioses hoy: “parece que la imagen de dios responde a una nostalgia de algunos por una figura distante, severa, lejana. Muchos tienen necesidad de eso, y la Iglesia apuesta por ello”. Dios como relato –no sólo una visión laica de los Evangelios lo sugiere- realiza así un recorrido circular que viaja continuamente, se lentifica más si cabe, desde tiempos donde su lectura es imposible tal la obligan, a las formas –literales, antiguas, momificadas en sus metáforas- que en tiempos anteriores al cristianismo produjo a Homero, atravesado, recreado hoy por Baricco –guste o no- para poder llegar así a miles de personas que de ninguna otra forma sabrían de la epopeya troyana.
Mezcla también de los pies de un recorrido con la cabeza de otro, la segunda visión es la de un artículo acerca de la búsqueda de dios en nuestro adn. De Dean Hammer, genetista: “La espiritualidad es una de nuestras herencias básicas. Es de hecho, por predisposición genética, un instinto”. Que sea un don animal ya es, desde lo alto de la cruz en que Darwin observa, suficientemente irónico, y Andrew Newberg añade dos clavos: “El cerebro nos da dos funciones básicas: automantenimiento y autotrascendencia. Nos ayuda a adaptarnos y cambiar a lo largo de la vida. Justo las funciones básicas que también proporcionan la religión y la espiritualidad”. Hammer de nuevo: “Los genes de dios mejoran nuestra capacidad de supervivencia, prolongan la vida, añaden sentido del optimismo”. Newberg: “Somos esencialmente una máquina creyente porque no tenemos otra opción”. Describe el artículo cómo el gen tal -VMAT2- controla el uso de un grupo de neurotransmisores, entre ellos la dopamina y la serotonina, dos moléculas asociadas al placer y la felicidad y también con sus reversos: la adicción y la depresión.
O el viaje áspero, de nuevo, desde Homero a la letra incomprensible de la Iglesia.

14 mayo 2007

con longaniza en re

De estos perros con nombre de ópera no hay uno que valga un kopec –masculló, dejando a Carmen a un lado. Sus fuerzas son demasiado débiles para soportar títulos tan pesados. Por el contrario, ¿se ha visto alguna vez funcionar mal a un perro bautizado de manera razonable? –de El silencio blanco, de Jack London.

13 mayo 2007

Antes de la herida, delante de los ojos

Acerca del anuncio de que fumar penalizará la clasificación moral de las películas estrenadas en Estados Unidos, se lee hoy en El País que según diversos estudios, ver fumar en la pantalla triplica el riesgo de los adolescentes de probar el tabaco. Sabemos así, sin necesidad de esperar una semana, que Javier Marías publicará en El País del domingo 20 de mayo algo parecido a que el derecho a correr detrás de un cáncer es uno sacrosanto e individual. Tanto como pueda serlo, por ejemplo, sentarse a oscuras en una sala y pretender que nadie más ve la misma película que uno, aunque esté sentado entre cientos de pruebas de lo contrario. Tiene razón, por supuesto, aunque eso no tenga nada que ver con lo que se juzga y trata de prevenir aquí: que en la sala, expuestos al mismo instinto suicida que él, hay quizá niños y adolescentes a los que la más elemental norma de salud pública ha de tratar de proteger. Ha de ser difícil tratar con un drogadicto del efecto que sus actos tienen en quien quizá los observa con ojos dispuestos a mimetizar lo observado a la mínima que se le permita, y eso explica que las entromisiones en el derecho de uno a permanecer ajeno a contaminaciones de todo orden –tema que, por cierto, nutre no poca obra de Marías- permita, a sus ojos, la bula de pasear –apestar es un termino más real si imitamos su indignación en otras áreas invasoras de la privacidad- el derecho a propagar el tabaquismo como una opción tan saludable como la que más. Es sólo cine –por dios- ha de clamar el arrinconado, para el que esa libertad individual es una forma de arte a la que bastara para legitimar el darse a oscuras, dentro, donde nadie más puede entenderla. Por eso cuando Marías escribe acerca del derecho a fumar está hablando de arte, del derecho a exhibir un argumento que es sólo el de la película de nicotina que acumula capas, dentro de él, como quien críticas buenas. Y si es arte ¿por qué pretender, pues, normativas, teorías, estudios, análisis que lo juzguen? ¿por qué, incluso, una ética, una separación de lo que, por mucho que guste a uno, es socialmente un tumor, algo a evitar, a eliminar? Es tan sencillo como entender que la norma aprobada en Estados Unidos no habla de él, no se dirige al desahuciado -y hace bien- sino a prevenir el contagio en quien no tiene la culpa de que gente como el primero venda como hábito normal lo que es una forma de podredumbre a cualquier nivel que se lo juzgue. La ironía –el único subtítulo gracioso en esto- es que, en alguien que gasta no poco tiempo en fustigar lo que las iglesias hacen del mundo, en realidad a lo que se refiere Marías es a que la libertad individual es, enfrentada a lo que el mundo diga, una probeta blindada, un altar -diríamos. En ello su idea del sacrificio ajeno, también sacada de una película de terror.

10 mayo 2007

aviso a la poblacion

Escribe José Carlos Plaza acerca de Splendid´s, de Jean Genet –estos días, en el Valle Inclán-, que la fuerza de sus personajes es una oscura, secreta, oculta, a veces inescrutable, unida a un vómito de ideas sin dramaturgia aparente. Sustitúyase “fuerza” por “sustancia” y el resto de la frase adquiere toda esa oscuridad, el secretismo que es su ausencia, lo oculto en tanto que inexistente, el vómito de ¿ideas? sin dramaturgia aparente –esto literalmente. Quiere hablar Plaza de transgresión cuando sólo hay por medio ausencia, vacío. Es una nadería la obra, una apariencia de mera escritura automática cuyo resultado es poco más que el automatismo de las pistolas que pueblan la obra. Cuenta Plaza que el propio Genet renunció a tiempo a la obra, a su edición y representación. Y que sólo por pura mala suerte Sartre lo desenterró más tarde.
Es increíble ser la presa –dice uno de los protagonistas. Y es eso: la obra cazándonos a todos, no tanto sin saber cómo huir, sino por qué no hacerlo, en bloque.

08 mayo 2007

Matiz

rattle&snakes

El encaje posible de mundos distantes asoma desde el primer plano de esta necesaria Rhythm is it! al coincidir, sobreimpresionado, el nombre de la Filarmónica de Berlín y su conductor Simon Rattle con un soniquete rap ¿o hip-hop? bailando las letras de forma imposible. O no. En 1995 varios grupos de bailarines no profesionales fueron formados para danzar La consagración de la primavera, de Stravinski. Nutrido por jóvenes de edades de entre 8 y 20 años, y en ellos diversidad de origen y clases sociales, el proyecto pedagógico estaba auspiciado por la Filarmónica de Berlín y fue grabado, desde los primeros ensayos a su ejecución final, por Thomas Grube y Enrique Sánchez Lansch. Como el sacrificio de una primavera que fuera contado a partir de otro sacrificio y otra primavera, se superpone en el documental el arduo proceso de lograr justo eso: el sacrificio, entendido y valorado por un grupo especialmente difícil de jóvenes, de la tarea de trabajar en y por el grupo , con la no menos sencilla domesticación de egos en que consiste la labor de Rattle como conductor del grupo orquestal más renombrado del mundo. Si el relato de ésta última es la búsqueda de la excelencia, la doma del desdén juvenil es el de una transformación que más imposible se antoja cuanto más se insiste en ella desde fuera. Es éste un aprendizaje en el que la coreografía funciona como una lección de motivación y disciplina individual inserta en un área –la danza clásica- que funciona como un modelo social a escala dotado de una armonía, un engranarse que no existe en la vida de aquellos a quienes se les pide, uno en el que el movimiento es el lenguaje, en el que las razones desaparecen de la boca y son transferidas al cuerpo, a salvo de desigualdades, de carencias de clase. Dice Rattle que el ritmo es anterior a las palabras en la comunicación humana, y lo que muestra el tortuoso aprendizaje es que, si no anterior, el ritmo es menos injusto, menos grosero que lo que la comunicación humana va haciendo de sus miembros. Esa búsqueda del matiz tan visible, de la corrección tan necesaria en la educación de los chicos va paralela en el montaje a una segunda búsqueda, esta por parte de Rattle y sus músicos, más que invisible impenetrable para el común de los mortales, al que los matices de la primavera de Stravinski suenan tan arcanos como la consagración del sacrificio para los jóvenes. Y cuya exigencia respectiva hecha de invisibilidades se pone a prueba mutuamente cuando los chicos asisten a un ensayo de la orquesta, y allí, delante de un centenar de adultos considerados como los mejores del mundo en su categoría, ven cómo Rattle les interrumpe y corrige tantas veces como juzga conveniente. Ninguna escena ilustra –cree uno- la conveniencia del esfuerzo, la pertinencia de escuchar, no obstante lo bueno que te creas en lo que haces o no haces. Al respecto, admira el esfuerzo del coreógrafo Royston Maldoon –él mismo alguien que huyó de una infancia desdichada- enfrentado a la dejadez y apatía insomnes del grupo al que trata, al tiempo, de enseñar a callar y dotar de oídos nuevos. Esta última búsqueda, su prospección más bien, es una casi insensata dado que, para enseñar el movimiento preciso inserto en un grupo, ha de derrotar en paralelo la música idiota –entendida ésta como el comportamiento hecho partitura- que todos llevamos dentro en un grado u otro. Podría hacerlo si quisiera –dice una de las chicas. Querrían, como todo educador, Maldoon y Rattle que la sociedad baile esa armonía, ese orden que exige acompasarse a los demás, obvio que la sociedad no quiere para sus pies ese trayecto, queda la lección duradera: la música como un lugar en el que sentirse seguro, a salvo del mundo y de uno mismo.

04 mayo 2007

subtitulos antes de entrar

Me gusta Cohen –dice una de las chicas que trabajan allí, a la entrada del cine. Ese es al que se la chupó Janis Joplin, ¿no? –contesta la segunda. El dvd que llevo bajo el brazo contiene una versión espléndida, cantada por Rufus Wainright, del tema de Cohen Chelsea Hotel, uno cuya letra gustaría a la primera y daría, quizás, la razón a la segunda. Nada tiene esto que ver con que la película que uno ha ido a ver -la estupenda Sunshine, de Danny Boyle- tenga por protagonista a un tipo más que razonablemente parecido a Rufus Wainright. Serán hermanos –diría quizá la seguidora de Joplin- como los tres Cohen.

02 mayo 2007

idaho, utah, gijón

En Idaho y Utah Albert Espinosa actúa en la obra escrita por Albert Espinosa, nada anómalo hasta que se advierte que el autor de la obra carece de una pierna, e igual el personaje. Más aún: que la pierna de menos aglutina buena parte del meollo de la historia y la casi totalidad de las frases del actor que se apoya en ella. Sólo es anecdótico hasta que la muleta se convierte, multiplicado, en muletillas, y la pierna postiza, a fuerza de chistes acerca de ella, se esfuerza por hacer postizo el argumento, que lo tiene y espléndido: en una sociedad que ha descubierto la forma médica de vivir privados de las horas de sueño, un hombre se despide de aquellos que tuvieran que ver con tempranos dormires, e inevitablemente con la idea del sueño como deseo. Hay dramatismo en los tres encuentros y la pierna invisible lo engrasa todo con aceite de risa, pero la sensación de haber insertado en la obra el discurso de un concursante de monólogos permea hasta añorar un mayor autocontrol sobre el personaje que el Espinosa intérprete –reído hasta el llanto- tiene por ello muy difícil reprochar al Espinosa autor. Es raro pensar que otro actor hubiera sido mejor para la obra, como intromisión en la visión del autor el razonar que el argumento –despedirse de los sueños en aras de una mayor productividad laboral y del sueldo que conlleva- hubiera hallado un más hondo acomodo en personajes de edad más avanzada, de sueños más horneados, pues Andreu Rifé aparenta menos años de los que ha de tener, y pasearle en pijama no ayuda a compensar eso. Quizá de haber visto la película que al parecer comprime la obra –Planta 4ª, dirigida por Antonio Mercero- quien asiste a ella pueda ver en el perfil de los personajes salidos de un lugar común -el hospital- un rasgo que añada, en sufrimiento, a los deseos el drama de la madurez que uno no ve. Si al menos Aitana Sánchez-Gijón se sentara en cada representación delante de uno, como ocurrió, la cosa sería menos grave, el teatro y el mundo menos cojo.